Del blog: La importancia de la maduración de la cerveza

El sabor amargo, burbujeante y característico de la cerveza no es azaroso; existe toda una serie de etapas previas para lograr esa sensación única en este tipo de fermentados.

Una de estas fases es la maduración o guarda, que se realiza posterior a la fermentación,  proceso en que la cebada se convierte en alcohol y que da como resultado una cerveza turbia, debido a que los residuos de levadura y otros ingredientes permanecen en suspensión.

De lo anterior se obtiene lo que comúnmente llaman los expertos como “cerveza verde”, un fermentado no solo con bajo aspecto visual en comparación a la cerveza final, sino también con un sabor y aroma poco atractivos.

Así comienza la maduración de la cerveza, paso del proceso de elaboración que tiene tiene 3 objetivos importantes: potenciar el sabor y aroma, clarificar el fermento y carbonatarlo.

Pero, ¿en qué consiste la maduración? Se trata de dejar reposar la cerveza a una temperatura de entre -1 a 4 °C en tanques cilindro-cónicos, pero además dejarla fermentar por segunda vez.

Todo este proceso demora de 3 a 30 días como máximo, dependiendo del color que se quiera conseguir, siendo la cerveza más clara o rubia aquella que menos tiempo pasará en los tanques y -por lo tanto- tendrá menor graduación alcohólica, mientras que la más oscura pasará mucho más tiempo y sus grados de alcohol será mayores.

Terminada esta fase y con todas las características esperadas para ser consumida, se pasa a la etapa de envasado y distribución de las cervezas al mercado. Ahora sí, podrás disfrutar del tan esperado destapado.

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